Beneficios


Un modelo energético limpio, económico y democrático

Hace ya demasiado tiempo que la mayor parte de la energía que consumimos procede de los combustibles fósiles. Eso supone un doble impacto negativo, para las personas y para nuestro entorno. Por una parte, significa un aumento descontrolado de los precios para los usuarios de la red eléctrica y por otra se traduce en un daño medioambiental irreparable para el planeta.

El gran problema de la crisis climática que estamos viviendo pasa por las grandes empresas que controlan un sistema enfocado exclusivamente a obtener cada vez mayores beneficios económicos, sin dejar el mínimo margen para que las personas den su opinión o puedan elegir. El oligopolio que nos imponen controla prácticamente todo el sector energético, en especial el eléctrico.

Las redes de electricidad están en manos de las empresas distribuidoras. Necesitamos con urgencia abandonar el sistema tradicional y buscar uno más justo, más económico y 100% renovable. Y, sobre todo, que esté en manos de las personas.

Por suerte, el modelo energético está cambiando. En estos momentos, nos hallamos en un punto de inflexión en que poco a poco se está imponiendo otro basado en las renovables. La clave de este nuevo planteamiento son las comunidades energéticas, que fomentan el sentido de colectividad y colaboración. Son abiertas y transparentes, la democracia es parte esencial de su adn y la participación ciudadana juega un papel básico.

La transición energética ya no puede esperar. Las comunidades energéticas suponen una excelente alternativa para que se haga realidad. Apostar por ellas es apostar por un modelo descentralizado, democrático y limpio.

Por otro lado, ayudan a que en el año 2030 se hayan cumplido los 17 ODS u Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda de Naciones Unidas para transformar nuestro mundo en un mundo mejor. La educación, la igualdad de la mujer, la eliminación de la pobreza, la defensa del medio ambiente son algunos de ellos.

Entidades competitivas y comprometidas con el medioambiente

Quienes siguen la senda de las comunidades energéticas renovables obtienen beneficios económicos, medioambientales y sociales. Aunque la lista de ventajas es larga, estas son las más destacadas:

Independencia energética

Descentralización del sistema energético. Se consigue la independencia energética, evitando el oligopolio de las grandes eléctricas.

Ahorro

Reducción del coste de la factura eléctrica hasta un 30%. Para las personas, las asociaciones, las localidades y las empresas.

Transparencia

Transparencia y democracia. Participación de las personas en la producción y gestión de la energía. Todos tienen voz y voto en cualquier decisión.

Sostenibilidad

Respeto absoluto al medio ambiente. El consumo 100% limpio ayuda a reducir las emisiones de CO2 y a alcanzar la neutralidad climática.

Crecimiento

Mejora de la economía local. Se traduce, entre otras cosas, en la creación de puestos de trabajo y la atracción de nuevos habitantes.

Cohesión social

Mayor sensación de pertenencia a la comunidad y revitalización de la economía local, puesto que todo el dinero se invierte en la zona.