Beneficios para Administraciones públicas


Mejoras sociales, económicas y medioambientales

El apoyo de las instituciones públicas es esencial para que el transformador modelo de las comunidades energéticas acabe imponiéndose. Al margen de la necesidad de que exista un marco legal favorable, las instituciones pueden fomentarlas en gran medida. En este sentido, los ayuntamientos juegan un gran papel a la hora de ayudar a transformar el modo en que una población genera y controla su propia energía.

Las iniciativas de energía comunitaria realizadas hasta el momento prueban que su aplicación supone en todos los casos un cambio favorable: social, económico y medioambiental, tanto a nivel personal como colectivo. Al aplicar este modelo, además de compartirse la energía, se comparten los beneficios y toda la población prospera.

Preguntas frecuentes

  • Acceso justo y fácil a recursos locales de energía renovable y otros servicios energéticos.
  • Control de sus necesidades energéticas y de sus gastos.
  • Oportunidades de inversión, tanto para las personas como para los negocios.
  • La posibilidad de vender la energía que no consuman.
  • Beneficios medioambientales directos en la zona en la que viven. Reducción de las emisiones y menor huella ambiental en comparación con la electricidad generada con combustibles fósiles.
  • Mejoras sociales y económicas gracias a la inversión de los beneficios en la misma población. Un ejemplo es la generación de nuevos puestos de trabajo locales.
  • Mayor sensación de pertenencia a la localidad y fomento de la cohesión y equidad social.
  • Reducción de las necesidades de transporte y distribución de la energía, puesto que el punto de consumo está cerca del punto de suministro.

Cualquier habitante o cualquier entidad de una población que se convierta en miembro de una comunidad energética local podrá disfrutar de sus ventajas. No importa si se trata de particulares, comercios, escuelas, industrias o edificios públicos. Todos compartirán la nueva energía sostenible y las instalaciones que la generan, de modo que todos son beneficiarios.

Esta es, precisamente, una de las grandes ventajas de una comunidad energética. Y lo es por las siguientes razones:

  • Al ser autosuficiente e independiente, únicamente la controlan los miembros que la forman.
  • Al ser democrática, está abierta a la participación voluntaria de todos los miembros. Todos ellos tienen derecho a dar su opinión sobre cualquier tema y a votar.
  • Al ser directa, los votos de todos los miembros tienen el mismo valor. Todos cuentan y todos suman.
  • Al ser colaborativa, se preocupa por la comunidad. Su finalidad es obtener beneficios sociales, ambientales y económicos. Así, salen ganando las personas y también la comunidad.