Según el Gobierno español, es necesaria una revisión del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC). El objetivo es contar con un documento durante el primer semestre de 2023. Pero antes de ponerse manos a la obra, es preciso un debate sobre cómo llevar a cabo dicha revisión.
Ésta debe incluir cómo compensar a las comunidades locales por las renovables. O cómo hacerlas partícipes de los beneficios que generan. Ésta es la opinión de la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera.
Las renovables, en alza
El PNIEC se aprobó en marzo de 2021. Entre los objetivos que incluye, está la instalación en España de 60 gigavatios (GW) de potencia renovable hasta 2030. Es uno de los puntos que deben revisarse este año. Se espera que, al final de periodo, nuestro país cuente con una capacidad instalada total de 161 GW. Éstos se repartirían en 50 eólicos, 39 fotovoltaicos, 27 de ciclo combinado, 16 de hidráulica, además de otros con menor presencia.
La ministra ha hablado de “oleada de proyectos” de energía renovable con declaración de impacto ambiental. Y que en muchos casos están superándose los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS) establecidos por la ONU marcados para el año 2030. Los dirigidos a reducir el empleo de los combustibles fósiles y las emisiones nocivas a la atmósfera. Y por ese motivo, las cifras se actualizarán “con arreglo a lo aprendido estos años”, ha matizado.
El territorio, en primer plano
Como ha puntualizado Ribera, cuando se trata de renovables, se habla de industria, de energía a precios razonables y estables. Pero también, como ella misma ha aclarado, se habla de territorio. Éste es un factor fundamental en el que juegan un papel esencial los ciudadanos. Como ha señalado, “es muy importante tener presente el territorio, a los vecinos, y no solamente los componentes ambientales, la biodiversidad y los ecosistemas”. Según ella, es un tema a abordar de qué forma se compensa. Es decir, cómo se facilita el acceso a los beneficios de las energías renovables a las comunidades locales.
El debate ha de incluir, asimismo, cuál es el coste de no actuar. Debemos conocer, en opinión de Ribera, qué es lo que ocurriría si no transformamos nuestro sistema energético. Al hilo de esta advertencia, ha recordado que España tiene problemas ambientales muy serios, como la escasez de agua o los incendios forestales. Éstos y otros son consecuencias directas del cambio climático.
Beneficios para los vecinos
Garantizar la seguridad climática es, desde luego, una cuenta pendiente. La transición energética no puede esperar. Y son varias y urgentes las medidas que debemos tomar para hacerlas posibles. En este sentido, las comunidades energéticas locales son una pieza vital para cambiar el modelo de energía tradicional. Para crear una nueva manera de generar y controlarla que beneficie tanto al entorno como a las personas.
Tal como ha comentado la ministra para la Transición Energética, en la base de todo están las personas. Los vecinos de una finca, los habitantes de un municipio, los dueños de empresas de un bloque de oficinas, los propietarios de los negocios de un polígono industrial… De todos depende el futuro de la Tierra. Y también el nuestro.
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