Pese a su corta existencia, las Comunidades de Energías Renovables (CER) han despertado un gran interés entre la ciudadanía, las instituciones y las empresas como una herramienta imprescindible para hacer realidad la transición energética, sobre todo en los ámbitos geográficos locales. Si quieres saber qué son y qué persiguen, cómo funcionan y quién puede beneficiarse de sus numerosas ventajas, este post te interesa.

Las Comunidades de Energías Renovables aportan grandes beneficios

Las comunidades energéticas se han erigido como instrumentos indispensables para que la ciudadanía participe en la transición energética y consigamos entre todos un sistema energético más equilibrado, limpio y respetuoso con el medio ambiente. Y dentro de ellas, las Comunidades de Energías Renovables aportan grandes beneficios y juegan un papel crucial. Vamos a ver en primer lugar en qué consisten las comunidades energéticas en general y, a continuación, las renovables en particular.

Las comunidades energéticas facilitan una nueva forma de organizar de forma integrada distintas actividades energéticas (generación, almacenamiento, consumo…), alineadas con los objetivos de la transición energética y de empleo de las energías renovables, la descentralización de los recursos y el papel protagonista de la ciudadanía y los consumidores. Desde su inclusión en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030 resultan fundamentales para alcanzar los objetivos de descarbonización en España. El mismo PNIEC creó fórmulas para que los consumidores entiendan mejor su relación con la energía y los ciudadanos puedan implicarse, como sujetos activos y no pasivos, en el ámbito energético.

La participación ciudadana es un pilar clave de las comunidades energéticas, que ante todo buscan generar beneficios directos para la ciudadanía, entre ellos mejorar la eficiencia energética, reducir el coste de las facturas de la electricidad, mitigar la pobreza energética, mantener el medio ambiente… Ayudan a transformar el sistema energético en un sistema sostenible, con cero emisiones de gases de efecto invernadero y una huella medioambiental nula o muy baja.

A través de los proyectos de las comunidades energéticas, la ciudadanía puede aliarse con otros actores del mercado para realizar inversiones conjuntas en energías renovables y atraer inversiones privadas en energías limpias. Y para ello puede adoptar diversas formas legales: asociaciones, cooperativas, alianzas, pymes, organizaciones sin ánimo de lucro…

La primera definición de comunidad energética que registró la legislación europea fue en la Directiva 2018/2021, que recoge el concepto de Comunidades de Energías Renovables (CER) y las características que deben tener. Éstas son las principales:

  • Participación abierta. Deben ser autónomas y estar controladas por sus socios o miembros. Cualquier persona física o jurídica, pública, privada o público-privada tiene derecho a utilizar los servicios de la comunidad energética y puede ser socia si acepta las responsabilidades de la afiliación.
  • Participación voluntaria. Cualquier socio puede abandonar la comunidad energética y retirar su inversión, dentro de unos límites temporales razonables.
  • Diversidad de socios. Sus socios o miembros pueden ser personas físicas, empresas o autoridades locales, incluidos los municipios.
  • Beneficios medioambientales, económicos y sociales. Su principal objetivo es proporcionar a sus miembros o a la zona donde se encuentran ventajas en estos tres ámbitos.
  • Proximidad. Los miembros han de estar situados en las proximidades del proyecto de energía renovable que la entidad haya desarrollado.
  • Control efectivo. Un miembro tiene capacidad de ejercer una influencia decisiva sobre las decisiones de la comunidad energética. Cada persona, entidad o empresa equivale a un voto.

¿Para qué sirven las comunidades energéticas?

Son una forma de organizar de forma colectiva, básicamente mediante el impulso ciudadano, actividades energéticas muy distintas, desde la generación, almacenamiento y consumo de electricidad hasta la recarga de vehículos eléctricos o la gestión de los excedentes de energía en el mercado.

¿Qué términos distintos se usan para referirse a las comunidades energéticas?

Los distintos términos utilizados en referencia a las comunidades energéticas pueden dar lugar a cierta confusión. Aunque el término Comunidad Energética Local (CEL) se utiliza habitualmente en España, no corresponde a ninguna figura normativa. Sin embargo, sí es una forma legal Comunidad Energética (CE), que engloba tanto a las Comunidades de Energías Renovables (CER) como a las Comunidades Ciudadanas de Energía (CCE).

Las Comunidades Energéticas Locales son un tipo de Comunidades de Energías Renovables claves para la transición energética. En Senda somos especialistas en crearlas y gestionarlas. Si quieres formar parte un modelo energético más sostenible y democrático, llámanos al +34 621 187 015, envíanos un correo electrónico a info@senda.green o rellena este sencillo formulario.